Según ha podido confirmar El Confidencial Digital, la cúpula del Grupo Prisa califica en privado la situación de la compañía de “desesperada”. El nuevo director general de operaciones, Ignacio Santillana, admitió recientemente en público que los mercados financieros están castigando de forma brutal a las empresas con deuda acumulada.
Un dato. Cuando el desaparecido Jesús Polanco sacó Prisa a bolsa, la compañía estaba valorada en unos 6.000 millones de euros. Hoy ronda los 400 millones de euros. Hay que poner remedio a esta sangría, admiten desde la zona noble de la sociedad. De ahí la urgencia del grupo de comunicación por afrontar “desinversiones”.
En este sentido, se están contemplando todas las posibilidades. Todo es susceptible de ser vendido. No hay vetos preestablecidos sobre divisiones concretas, ni áreas que queden excluidas de esta operación de emergencia. La situación obliga a plantearse todas las alternativas viables.
De ahí que se esté trabajando también en la posible venta de la Cadena SER o de la propia Editorial Santillana.
Directivos del máximo nivel en la sociedad, consultados por ECD, no se atreven a diagnosticar si finalmente será necesario vender alguna de las “joya de la corona” pero confirman que en estos momentos no se descarta. “No estamos en condiciones de hacerlo”, señalan.
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