Uno de los principales problemas que presenta el sector del libro electrónico es el elevado precio de los eBooks. Libros que en papel tienen un coste de 20 euros se venden en formato digital por 14,99, por lo que los usuarios no apuestan por el cambio al eReader. Las razones por las que existe esta diferencia de precio no quedan claras en el sector y cada uno de sus protagonistas alude a un motivo diferente. Pero desde hace unos meses el tema ha ido más allá y la propia Comisión Europea está investigando posibles irregularidades.
Según una investigación iniciada por la CE en diciembre de 2011, Apple podría haber incurrido en prácticas monopolísticas en el Espacio Económico Europeo al llegar a acuerdos con varias editoriales internacionales sobre el precio de sus libros. ¿Qué interés tendría Apple en esto?
Desde que la compañía de la manzana llegara en 2010 con su tableta, el iPad, Apple entró en el sector de los libros electrónicos por la posibilidad de utilizar su tablet como dispositivo de lectura. Su principal competidor, Amazon, apostó por la bajada de precios como estrategia de ventas, pero Apple no podía reducir el precio de su iPad. En su lugar, la compañía podría haber intentado presionar a las editoriales para que no vendieran por debajo de determinado coste sus libros a Amazon, y así frenar la política de bajos precios llevada a cabo por Jeff Brezzos.
Varias denuncias impuestas en EEUU desde 2010 afirman que Apple habría negociado el precio de los libros con las editoriales haciendo uso de los denominados ‘contratos de agencia’ que permiten a las editoriales fijar el precio de venta minorista.
Esta práctica supondría una posible vulneración de la legislación europea antimonopolio que prohíbe las acciones empresariales restrictivas y los cárteles y que podrían haber bloqueado a rivales como Amazon y dañado a los consumidores. De hecho, en una demanda impuesta en agosto de 2011 en California donde se acusaba a la compañía de la manzana de conspirar para fijar ilegalmente el precio de los libros electrónicos,se afirma que los precios de Amazon habían subido un promedio de 12,15 dólares, un aumento de un 33 a un 50% por la imposibilidad de la compañía de negociar precios más bajos con las editoriales.
Según las acusaciones, los editores se habrían negado a facilitar el acceso a sus libros por parte de Amazon si la librería vendía sus libros por debajo de los 14,99 dólares. De esta forma, comenzó una subida de precios que actualmente sitúa el coste de algunos libros físicos por debajo del de los eBooks en la web de Amazon.
Desde que se iniciara la investigación en diciembre, las editoriales Hachette Livre (de Lagardère Publishing), las estadounidenses Harper Collins (de News Corp.) y Simon & Schuster (de CBS Corp.), la británica Penguin (del grupo Pearson) y la alemana Verlagsgruppe Georg von Holzbrinck (propietaria, entre otras, de Macmillan), habrían estado bajo lupa, según indica la Comisión. Pero el panorama podría cambiar y salir inmunes del asunto.
En el último capítulo, el regulador de la Unión Europea ha confirmado estar abierto a un acuerdo con las editoriales de libros electrónicos pero sólo si ofrecen concesiones que aborden las preocupaciones sobre competencia. Bajo las normas de la Comisión, las compañías podrían ofrecer concesiones para evitar una multa de hasta un 10% de sus ventas globales. Los reguladores abandonarían entonces su investigación sin que las empresas admitan haber cometido irregularidad.
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