
Cuando usted llega a los medios de comunicación como la radio, la prensa y la televisión, está accediendo a un público complejo, exigente, a veces hostil, voluble, diverso, miles, quizá millones de seres expuestos a cientos de comerciales y mensajes al día, usted debe sacarle provecho a cada segundo de su presencia.
Debe ser diferente, eficaz, un artista que sacuda las fibras sensibles, un motivador emocional, un personaje que trascienda la frontera y limitaciones del medio y acuda a la convergencia personal, intima con su público. Un protagonista que convenza, persuada, contagie, proyecte, un seductor oportunista que domine todos los sentidos, un seductor intelectual, un visionario al que nadie renuncie seguir.
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